Control parental en smartphones: ¿Cómo proteger a los niños en la era digital?
En época navideña, muchos niños reciben smartphones como regalo, y es importante saber y entender cómo funciona la privacidad para tener un uso sano y sin problemas.
Santiago, Chile, 17 de diciembre de 2024. En la actualidad, los smartphones son una parte esencial de nuestras vidas, pero también representan un gran desafío para los padres, especialmente cuando se trata de proteger a los niños en el vasto mundo de Internet. Con acceso a aplicaciones, redes sociales y contenido en línea (que puede ser tanto educativo como perjudicial), es fundamental establecer medidas para garantizar un uso seguro y responsable de la tecnología por parte de los más jóvenes, sobre todo ahora en época navideña.
Es importante explorar y poner en práctica estrategias efectivas para implementar el control parental en los dispositivos móviles, ya que de esta forma se educará a los niños en el uso saludable de la tecnología.
Seguridad para una internet saludable
Xiaomi ha diseñado herramientas específicas para ayudar a los padres a supervisar y gestionar el acceso de sus hijos a Internet. En este sentido existen soluciones integradas que permiten configurar límites de tiempo, filtrar contenido y monitorear la actividad digital de los niños.
En los smartphones Xiaomi existe la app de “bienestar digital”, que permite a los padres establecer reglas digitales claras. Con esta herramienta, es posible aprobar o rechazar descargas de aplicaciones, establecer horarios de uso y localizar el dispositivo en caso de pérdida. Estas funciones nativas, al estar diseñadas por los mismos fabricantes de los sistemas operativos, ofrecen una experiencia de control parental fluida y efectiva.
Además, existen diversas aplicaciones de terceros que ofrecen funciones avanzadas. Estas herramientas no solo filtran contenido, sino que también permiten monitorear las redes sociales de los niños, bloquear sitios web peligrosos y recibir alertas si se detectan posibles amenazas como ciberacoso o interacciones sospechosas. Estas aplicaciones suelen ser una excelente opción para los padres que buscan mayor personalización en la supervisión de los dispositivos.
Construyendo una internet segura para todos
Aunque las herramientas digitales son esenciales, no reemplazan el papel de la educación y el diálogo abierto entre padres e hijos. Crear un entorno de confianza donde los niños se sientan cómodos hablando sobre sus experiencias en línea es clave para garantizar su seguridad digital.
Una de las estrategias más efectivas es establecer una comunicación constante sobre los riesgos que existen en Internet, como el ciberacoso, el contacto con extraños o el acceso a contenido inapropiado. Es importante que los niños comprendan que pueden acudir a sus padres si enfrentan una situación incómoda o peligrosa en línea. Este diálogo debe estar basado en la confianza, no en el miedo, para que los niños sientan que sus padres son aliados en el mundo digital.
“Es recomendable el uso del control parental para estar informados sobre qué ven nuestros hijos, cuáles son los juegos que juegan nuestros hijos, cuáles son las páginas que visitan, pero no como algo para actuar desde la prohibición, sino que para estar informados y poder educar a todos los niños sobre el buen uso de la tecnología. Esto tiene que ser un instrumento para unir a la familia y conocer los intereses de nuestros hijos para tener una mayor y mejor comunicación con ellos”, comenta Camilo Bastías, psicólogo del Grupo Ceptep.
Además, establecer reglas claras para el uso del smartphone es fundamental. Estas reglas pueden incluir horarios específicos para utilizar el dispositivo, la prohibición de llevar el teléfono a la mesa durante las comidas o la limitación en el uso de redes sociales. Estas medidas no solo ayudan a proteger a los niños de los riesgos en línea, sino que también fomentan un equilibrio saludable entre el tiempo en línea y las actividades fuera de la pantalla.
A medida que los niños crecen, es importante adaptar las restricciones y la supervisión. Los adolescentes, por ejemplo, suelen necesitar mayor libertad para acceder a contenido educativo o interactuar con sus amigos. Sin embargo, esta libertad debe ir acompañada de una supervisión discreta para evitar que se expongan a riesgos innecesarios.